En el anterior gran aniversario del telescopio
Hubble hace cinco años se vaticinaba que a estas alturas ya estaría
convertido en basura espacial, sin embargo, cuando cumple un cuarto de
siglo, el ingenio funciona mejor que nunca.
Tras la quinta y
última misión en 2009 para reparar y mejorar sus sistemas, la agencia
espacial (NASA) anunció que no esperaba que el telescopio espacial siguiera funcionando más allá de 2014.
"Estamos muy felices y sorprendidos. El telescopio
funciona excelentemente bien, mejor que nunca. Ahora estaremos
satisfechos si sigue operativo otros cinco años más", explicó a Efe
Nolan Walborn, un reconocido astrónomo que trabaja desde 1984 en el
Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial (STSCI), ubicado en Baltimore (Maryland).
El centro de operaciones científicas celebró hoy una fiesta de
cumpleaños del Hubble a la que asistieron los astronautas que
participaron en las misiones de reparación y mejora, entre ellos el
actual administrador de la NASA, Charles Bolden.
"Hasta los más
optimistas nunca habrían predicho, cuando se lanzó en 1990, el grado en
el que el Hubble llegaría a reescribir los libros de astrofísica y
ciencia planetaria. Ha cambiado nuestra comprensión del universo y de
nuestro lugar en el él", comentó Bolden.
El administrador de la
NASA participó hoy en el acto central de la celebración, en el Newseum
de Washington, donde se presentó la imagen oficial del aniversario: un
espectacular y brillante tapiz de estrellas jóvenes localizado a 20.000
años luz de la Tierra, en la constelación Carina, y de unos 2 millones
de años.
Durante su larga misión, el Hubble ha revolucionado la
visión del universo y efectuado algunos de los descubrimientos más
innovadores de la astronomía del siglo XX.
Su longevidad y éxito
ha sorprendido hasta a los más optimistas. Especialmente tras los
reveses y complicaciones con las que comenzó su andadura en el espacio.
En 1986, el lanzamiento del Hubble tuvo que retrasarse debido al
desastre del transbordador espacial Challenger, en el que murieron los
siete miembros de la tripulación al desintegrarse el aparato 73 segundos
después de su salida.
Finalmente, el 24 de abril de 1990 se lanzó el transbordador Discovery (STS-31) con el telescopio
espacial hacia una órbita de 600 kilómetros sobre la Tierra, pero al
día siguiente los astronautas descubrieron que su espejo principal tenía
una aberración esférica que hacía que las imágenes se vieran borrosas.
El fallo se solucionó el 2 de diciembre de 1993, cuando se lanzó el
transbordador espacial Endeavour para llevar a cabo la primera misión de
reparación en el Hubble, en la que se instaló una óptica correctiva.
Dos décadas y cuatro misiones de mejora después, las imágenes del telescopio espacial de hoy son más definidas y alcanzan mayores distancias que nunca antes.
"Son muchos los motivos por los que el Hubble vive su mejor momento.
Sobre todo las cinco misiones de servicio, que hicieron reparaciones e
instalaron instrumentos de última generación", explicó a Efe Amaya
Moro-Martín, astrónoma española en el STSCI.
"También otros
factores han contribuido al creciente éxito: el fácil acceso a los datos
-públicos al año de haberse obtenido-, un programa generoso de
financiación -que hasta la fecha ha distribuido 500 millones de dólares
para los proyectos desarrollados con observaciones de Hubble-, mejoras
en el procesado de los datos y un programa de apoyo a proyectos
arriesgados", añadió.
La NASA ha puesto un gran empeño en que las
espectaculares imágenes capadas por el Hubble sean accesibles al
público, que desde el inicio acogió con entusiasmo las revelaciones del
ingenio espacial.
Las imágenes del Hubble han inspirado incluso poesía, danza y música, como la canción "Telescopio
Hubble", del grupo español Lori Meyers, con la que el canal de
televisión National Greographic conmemora el cuarto de siglo de este
gran avance tecnológico.
Aunque vive en su mejor momento, la
misión del Hubble no podrá prolongarse mucho más. Irremediablemente el
complejo científico espacial, de 13,2 metros de largo y 4,2 de ancho,
con un peso de casi 12 toneladas, comenzará a ser atraído por la fuerza
gravitatoria de la Tierra hasta desintegrarse en su choque con la
atmósfera.
A partir de entonces, el Hubble se sumará a los miles y
miles de elementos que componen la chatarra espacial que gira en
órbitas eternas en torno al planeta.
"Se hará una visita robótica
para instalar un motor y garantizar que, cuando caiga, lo haga en el
mar. Es posible que eso ocurra mucho después de que deje de funcionar,
se supone que no pasará en al menos diez años", explicó a Efe el
astrónomo del centro científico del Hubble Nolan Walborn.
Probablemente, el Hubble convivirá en sus últimos años con su sustituto: el telescopio espacial James Webb, que estará listo en 2018 y se espera que opere durante al menos 5 años.
"Observa en la longitud de ondas del infrarrojo, lo que permite
mirar más hacia atrás en el espacio, a las primeras estrellas y galaxias
que se formaron después del Big Bang. El Hubble observa en las
longitudes de onda visibles y el ultravioleta cercano", explicó a Efe la
astrónoma española Begoña Vila, que trabaja en la NASA con el proyecto
del James Webb.
Cuando comenzó su histórica proeza científica, en
1990, nadie imaginó que el Hubble llegaría a cumplir un cuarto de siglo
y en las mejores condiciones en las que ha estado nunca. Como repiten
los astrónomos esta semana, "lo ha visto casi todo".
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