Opinión

Claro, la culpa la tiene Donald Trump…

“Las mentiras políticas están generalizadas en los podridos gobiernos de Latinoamérica, sus regímenes totalitarios disfrazados de absurdas e increíbles revoluciones, lo están robando absolutamente todo” Las Américas se enfangan en la corrupción y en el crimen… Para desgracia de los latinoamericanos, nos hallamos en un terreno escalofriantemente conocido. Desde México hasta la Antártida, el territorio […]

Por Ricardo Moros
Claro, la culpa la tiene Donald Trump…
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“Las mentiras políticas están generalizadas en los podridos gobiernos de Latinoamérica, sus regímenes totalitarios disfrazados de absurdas e increíbles revoluciones, lo están robando absolutamente todo”

Las Américas se enfangan en la corrupción y en el crimen… Para desgracia de los latinoamericanos, nos hallamos en un terreno escalofriantemente conocido. Desde México hasta la Antártida, el territorio de la Doctrina Monroe, señalado por la chusma como el patio trasero del imperialismo, se hunde poco a poco en el descrédito y en la miseria. Como los chilangos en el Distrito Federal, las clases populares y los desposeídos de toda Latinoamérica, se desenvuelven perfectamente en un territorio caótico de crímenes y de extrema violencia. Se diría que, en sus canciones y sus “corridos”, aplauden con emoción a sus gobernantes autócratas y ensalzan a los sanguinarios traficantes de narcóticos.

No se asusten ni corran despavoridos por toda la basura maloliente de la que se habla -todos los días- en Wall Street y en la City de London, dos de los distritos financieros más importantes del mundo; chanchullo, corrupción y basura latinoamericana que se despacha en el marco teórico de la acción racional sobre la gobernanza.

Lo que usted contempla, desde hace muchos años, en la mayoría de los países latinoamericanos como en Venezuela, en Bolivia o en Nicaragua, Haití y en todas las islas del Caribe, no es otra cosa que el comportamiento social y económico de unas mafias armadas con algo que tiempos atrás pareció “convencional” en la Teoría del Estado, pero sobre todo astutamente rodeados, hogaño, de elementos parapoliciales para coaccionar a los inversores extranjeros; amenazarlos, extorsionarlos y reclamar el botín que corresponde a la jauría gobernante.

Todas las grandes islas del Caribe están señaladas por el Department of State de los U.S.A. como antros de corrupción liderados por autocracias peligrosas, y tanto la DEA como los servicios de inteligencia europeos saben que, además de que las islas están “controladas” por narcotraficantes, sus Gobiernos, están siendo sobornados por China con sumas multimillonarias, en asuntos geopolíticos tan importantes como la defensa que los aliados de Occidente hacen de Taiwan ante el acoso militar de Beijing… Al corrupto le importa un bledo la política internacional y solo quiere amasar fortuna y apropiarse del tesoro de su país.

La Unión Europea sabe mucho de esto porque lo padece y lo sufre arriesgando su dinero en territorios insulares caribeños que han alcanzado el zenit de la corrupción, pues se trata del crimen organizado pero con apariencia de Gobierno que no solo tienen el monopolio de la violencia en estos países, sino que mueven todos los hilos, incluyendo los judiciales, para un control absoluto de las masas, perpetuarse en el poder, esquilmar sus riquezas, vivir “como Dios” y transferir las arcas del Estado a las cuentas privadas de sus descendientes presentándolos en sociedad como un nuevo linaje.

Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Jamaica y Cuba son ejemplos para la historia del Caribe, la historia de la ignominia, sin embargo, una característica central de los debates políticos en Beltway es precisamente la búsqueda de alguna isla que no sea uno de los “agujeros de inmundicia” que tanto nombra el “malhablado” presidente de los Estados Unidos. Así que el asunto de la “no injerencia” es realmente tratado a fortiori al tratarse de la seguridad militar de la superpotencia estadounidense. Suelen decir en Washington que “resulta inverosímil que las clases populares de estas islas aplaudan y apoyen a sus gobiernos a sabiendas de que están calificados por agencias internacionales, bajo auspicio de la ONU, como los más corruptos del planeta”…

Todo esto se suele decir -siendo muy elegante- es decir, dejando en una sombra de nubarrones a los narcos infiltrados (o íntimamente ligados) en la gobernanza, en toda la escala y estratos gubernamentales. Así que todo lo que le han contado a usted sobre democracia, juego limpio y economía de libre mercado es una gran mentira no solo en las islas caribeñas, sino en todos los países latinoamericanos…

Si quiere aprender de élites corruptas, de ladrones de guante blanco, de graves injusticias sociales y de extravagantes espectáculos protagonizados por sus corruptos políticos, bienvenidos sean ustedes a Latinoamérica… Todo, absolutamente todo, lo que le han contado sobre revoluciones sudamericanas, es -también- absolutamente falso. Salvo la Argentina esquilmada hasta la saciedad que intenta rescatar Macri, no hay nada desde México a la Tierra del Fuego que tenga cierto parecido a una democracia medianamente decente, con los estándares de rigor.

¿Qué pasa con la República Dominicana? Los informes son muy alarmantes y rayan en el escándalo… La Unión Europea se queja de la corrupción generalizada tratando de hacer una crítica limpia sin hacer sangre… Pero un documental completísimo realizado por el American Interprise Institute (AEI) y otros laboratorios europeos, y hasta rusos, de ideas y estrategias para la gobernanza, también de Europa y Canadá, indican que la casta política de la República Dominicana parece que se ha decidido por la corrupción generalizada empleando como maniobra diversiva una gestión económica “calcada” de la venezolana y de los gobiernos más ladrones del continente americano…

Mientras los carteles de la droga, las FARC de Colombia, las Maras del entramado centroamericano y los narco-generales bolivarianos de Caracas, esquilman sus países y utilizan su territorio como escondite para los alijos de cocaína, en La Española, una de las Antillas Mayores, la República Dominicana ha adoptado la misma receta que ha conducido al desastre económico a la mayoría de los países latinoamericanos. En Bruselas no dan crédito a lo que está ocurriendo y en Washington se quedan sorprendidos y “de piedra” de que el presidente argentino, Macri, sea la única persona seria en Sudamérica a la que usted puede llamar político. Porque es el único que puede salvar a la Argentina del desastre.

Las imágenes, los gráficos, las contabilidades pormenorizadas, la vasta investigación documental y bibliográfica y los casos analizados, uno por uno, incluso en los centros financieros de China o de Moscú, no muestran otra cosa que una nueva red de crimen organizado transnacional en las Américas, con asesinos narcotraficantes enquistados en sus gobiernos. Algo que ya sabíamos… pero ahora, mirando al Gobierno de Santo Domingo, tenemos un trazado completo del mundo del crimen que pretende salirse y esconderse de la mirada cotidiana…

Las 60 páginas que ya manejan El Departamento de Estado, la Casa Blanca y -especialmente- la DEA, muestran que la diplomacia de la chequera, la extorsión y las amenazas de muerte, están a la orden del día en el continente y en el territorio insular de las Antillas Mayores. La “casta” elitista de Santo Domingo ha llevado al Estado dominicano al borde del abismo de la deuda y tendrá dificultades en breve… Todo lo que el FMI intenta solapar mediante benignas advertencias, no puede ocultar lo que se sabe en Washington: la economía de Santo Domingo (por llamarla así) es proclive a la caída libre, porque el desastre económico está determinado por el robo “invisible” de las arcas públicas que solo se puede detectar incurriendo en préstamos a tasas excesivamente altas que es la única forma de financiar el tren de vida de los corruptos bajo el “inocente” manto del gasto público…

Para disimular los desmanes del Gobierno, se difunde el antiamericanismo como han hecho los hermanos Castro durante décadas y como está haciendo la banda de narcotraficantes del gobierno de Caracas… Si el presidente Danilo Medina pretende hacernos creer que tiene ideología política “antiyankee” está infravalorando a Washington y le va a salir muy caro… Solo un tonto del culo (como dicen en España) o un smartass of the cojones -como dicen en Washington los senadores hispanos- puede pensar y actuar así… Ya está en el punto de mira por su “acercamiento” a China y el desprecio y la traición a Taiwan.

El presidente dominicano debería saber que ya es objeto de seguimiento económico y mercantil, en las oficinas financieras del llamado imperio así como en las potencia que podrían invertir “limpiamente” como la Unión Europea o las que podrían extorsionar a Santo Domingo, como Rusia o China. Ahora no se librará de una contabilidad con lupa, desde espacios remotos, de todos sus activos y también investigan a sus allegados… Por otra parte, no solo es el FMI quien dirige su “catalejo” hacia Santo Domingo, la DEA también está metiendo su “hocico” que en el lenguaje policial internacional, quiere decir que están muy cabreados…

Si Danilo Medina quiere mirarse su ombligo, percibirá que en La Española ya no confían en él ni en su séquito de pelotas rastreros o de compinches interesados… Primero porque el peso de la deuda ha alcanzado los niveles alarmantes para un griterío ensordecedor que ya no podrá callar ni controlar con sus amenazas policiales. El Default está a la vuelta de la esquina y los corruptos en Santo Domingo están llevando al país hacia el mismo agujero de mierda en el que se encuentran Brasil, Venezuela y Puerto Rico…

Si a este sujeto se le ocurre señalar como culpables de la penuria económica (que él mismo ha creado) a los huracanes o a Donald Trump, creo que le va a costar muy caro; porque como dicen en España “al señor Danilo Medina ya le están haciendo la cama”, le tienen ganas y le quieren ajustar las cuentas… En Puerto Rico, al menos, los políticos relacionados con el crimen organizado, van a la cárcel por centenares, todos los años…

En la República Dominicana solo hay que tirar de los hilos de Odebrecht, de la sobrevaloración de obras y servicios, de las mordidas, de los aviones Tucano, de las comisiones ilegales, de las titulaciones y de los máster falsos, de los sobornos, de las contabilidades “B”, del turbio y criminal negocio de las eléctricas y de los “enlaces” del negocio de la cocaína en los amarraderos clandestinos; embarcaderos de ensueño -según la DEA- ocultos entre la bruma populista de la bachata y el poético merengue de la niebla marina.

Pero que no se asusten mis amigos dominicanos… No es consuelo de gilipollas que toda Latinoamérica esté en manos de embaucadores y criminales… En la República Dominicana lo tienen muy fácil. Hay un presidente autócrata que está tomando todas las medidas dictatoriales para perpetuarse en el poder junto a sus amigos del partido; es evidente que está siguiendo el modelo venezolano. La Suprema Corte de Justicia, Tribunal Constitucional y Tribunal Superior Electoral (TSE) ya están en manos de don Danilo Medina. Estoy seguro de que don Danilo pensará: “Si Maduro se lo está llevando todo, cualquiera puede hacerlo mucho mejor”…

Don Danilo Medina ha cambiado la Constitución a su gusto y medida como si fuese un traje del mejor sastre… Controla todos los poderes de la República y ya es mucho más fuerte que Hugo Chavez y Nicolás Maduro juntos… La nación dominicana está al borde de la quiebra y ahora mismo es una “finca privada” de Danilo Medina y sus amigos…

Las mentiras políticas están generalizadas en Santo Domingo y en los podridos gobiernos de Latinoamérica, sus regímenes totalitarios disfrazados de absurdas democracias e increíbles revoluciones, lo están robando absolutamente todo.

No lo permitan mis amigos dominicanos… El FMI sabe que este tipo está hundiendo en la miseria al país. Si es inocente o no, ya se verá… Hagan las cuentas si exagero…

Cuando hay ladrones de por medio, solo es cuestión de coger una calculadora y ajustarlas.

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