Comunidad Judía, Israel

Conflicto en Siria modificó actitud árabe hacia Israel

En el discurso oficial árabe, la movilización y la retórica antiisraelíes han sido siempre elementos prominentes. Por redacción MiamiDiario Partidos islamistas, nacionalistas o laicos, todos han visto en el odio a Israel un elemento fundamental para recabar apoyos y hacer avanzar agendas no relacionadas con Israel a base de relacionarlas, precisamente, con la “resistencia” contra […]

Por Allan Brito
Conflicto en Siria modificó actitud árabe hacia Israel
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En el discurso oficial árabe, la movilización y la retórica antiisraelíes han sido siempre elementos prominentes.

Por redacción MiamiDiario

Partidos islamistas, nacionalistas o laicos, todos han visto en el odio a Israel un elemento fundamental para recabar apoyos y hacer avanzar agendas no relacionadas con Israel a base de relacionarlas, precisamente, con la “resistencia” contra Israel, reportó Israel Internacional.

Este discurso es también evidente en la manera en que los medios árabes presentan las historias relacionadas con el Estado israelí, con su población y con los judíos en general.

Así, difunden reportajes y artículos que a menudo confunden lo político con lo religioso, vinculando a cualquier judío con el conflicto árabe-israelí sin distinguir entre políticas e intereses gubernamentales, por un lado, y las relaciones entre pueblos que han convivido pacíficamente durante generaciones, por el otro.

Sin embargo, la guerra civil Siria ha cambiado lentamente la dinámica relacionada con la identificación del “enemigo” en el mundo árabe. Y es que organizaciones que llaman a la resistencia armada contra Israel se han implicado en una confrontación sangrienta con el pueblo sirio, lo que ha puesto en cuestión el relato de que lo único que les mueve es la “resistencia” a Israel.

Incluso organizaciones yihadistas tradicionales como el ominoso ISIS han librado guerras cuyos objetivos primordiales atañían al mundo árabe en vez de a Israel.

En este proceso de reenfoque, la guerra siria y su catalización de nuevas alianzas han reforzado la convicción, entre un vasto grupo de Gobiernos y sociedades árabes, de que Irán y el islam político son los verdaderos enemigos, la amenaza existencial.

El proyecto de resistencia iraní no sólo es visible en Siria, también está estrangulando a los libaneses, subyugados por Hezbolá, y poniendo en la mira incluso a la influyente Arabia Saudí, como ha quedado de manifiesto en los ataques de que han sido objeto sus campos petrolíferos.

Esto no quiere decir que la retórica resistencial antiisraelí esté desvaneciéndose. Las reuniones y cumbres árabes siguen poniendo el foco en el conflicto palestino-israelí.

Ahora bien, el conflicto entre los peones de Irán y los países y organizaciones árabes ha contribuido a que muchos en el mundo árabe estén mirando con otros ojos el conflicto árabe-israelí. Los crímenes cometidos por el Eje de la Resistencia –desde la Siria de Asad, Hezbolá, Hamás e Irán al Movimiento de la Yihad Islámica– contra los árabes son mucho peores que los estereotipos que recoge la narrativa resistencial sobre Israel.

Así, más de medio millón de sirios, civiles y niños incluidos, han sido asesinados a manos de agentes iraníes y sus aliados locales. En cambio, los hospitales israelíes han proporcionado atención médica a los sirios desplazados, así como refugio para protegerse de las bombas de barril de Asad y las milicias iraníes.

Esta iniciativa israelí, si bien modesta, ha influido en la actitud de determinados segmentos de la comunidad siria, dado el vivo contraste entre la manera de proceder iraní y la israelí en lo relacionado con su país.

El expansionismo iraní y el papel desestabilizador de Teherán y sus peones en Siria han llevado a los ricos países del Golfo a asumir un mayor papel político en la región. Con el declive político de países históricamente cruciales como Egipto, Siria e Irak, la autopercepción del Golfo —menos vinculada a la retórica sobre el conflicto árabe-israelí– ha hecho que sus regímenes acepten mejor la idea de la paz entre los pueblos árabe e israelí, como ha quedado claramente de manifiesto en la notable e insólita campaña saudí contra el antisemitismo encabezada por el jeque Mohamed al Isa, secretario general de la Liga Mundial Musulmana.

Al Isa ha condenado a los que diseminan el discurso del odio contra los judíos en varias conferencias y foros de prensa, tanto en Arabia Saudí como en el extranjero, haciendo hincapié en la necesidad de adherirse a los principios del islam moderado, que “convive con todos (…) cree en la diferencia, la diversidad y el pluralismo (…) [y] en el derecho de los demás a creer [en su fe]”.

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