Vida saludable

Nutricionista Aili Castro explica el vínculo entre hábitos y fertilidad

Integrar hábitos saludables y una dieta equilibrada es crucial para mejorar tanto la fertilidad como el bienestar general.

Por Claudia Cardozo
Nutricionista Aili Castro explica el vínculo entre hábitos y fertilidad
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En un mundo donde la salud y el bienestar toman cada vez más protagonismo en nuestras vidas, la relación entre la alimentación, los hábitos diarios y nuestra fertilidad emerge como un tema de crucial importancia.

La ciencia de la nutrición ha ido descubriendo cómo nuestros estilos de vida y alimentación pueden influir en nuestra capacidad reproductiva. Es en este escenario donde la nutricionista venezolana Aili Castro se alza como un faro de conocimiento y guía para muchas mujeres que buscan mejorar su fertilidad.

Egresada de la Universidad de Los Andes en 2011 y con estudios especializados en hormonas femeninas y fertilidad en Langara College, Canadá, Castro ha dedicado más de una década a explorar y enseñar cómo la nutrición influye en el equilibrio hormonal y, por ende, en la fertilidad. Su enfoque va más allá de la simple dieta. Se adentra en cómo los hábitos saludables pueden sincronizarse con nuestros ciclos naturales para no solo potenciar nuestra capacidad de concebir sino también mejorar nuestra calidad de vida en general.

“Un hábito a la vez”, libro de la autoría Aili Castro. Imagen cortesía de www.ailicastronutricionista.com

La importancia de integrar hábitos y una alimentación saludable en nuestra rutina diaria no puede subestimarse. No solo por el impacto que tiene en nuestra fertilidad, sino también en nuestro bienestar general. Aili Castro (@ailicastronutricionista ) nos invita a mirar la nutrición y los hábitos saludables no como una dieta o una moda pasajera, sino como un estilo de vida que honra nuestro cuerpo y sus procesos naturales.

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Con esto en mente, te invito a leer la entrevista que sigue, donde Castro comparte sus conocimientos y consejos, fruto de años de estudio y práctica, para ayudarnos a navegar el camino hacia una vida más saludable y fértil.

¿Qué te motivó a estudiar nutrición y a especializarte específicamente en el área de fertilidad y hormonas?

-Todo lo que padecí de adolescente como gimnasta de alto rendimiento. La gimnasia es un deporte estéticamente muy fuerte y los entrenadores hace 20 años no tenían las herramientas ni el conocimiento que tienen ahorita para tratar la alimentación de las atletas, sobre todo en desarrollo. Tanto mis compañeras como yo desarrollamos desordenes hormonales, de alimentación.

¿Puedes compartir un hallazgo significativo de tu investigación sobre la relación entre la alimentación y la salud hormonal?

-Bueno, hay muchos. Por ejemplo, cuando hay ausencia de masa muscular o hay consumo exagerado de ciertos carbohidratos, nuestra insulina no funciona bien. Si bien es cierto que esta hormona regula los carbohidratos, también silencia nuestros ovarios. Entonces, arreglando la insulina a través de la alimentación optimizamos la función ovárica, eso a mí me parece espectacular.

Otro dato súper curioso es que la cola de los espermatozoides necesita zinc y selenio. Cuando el hombre tiene ausencia de esos minerales los espermatozoides no se mueven, y el estudio en el espermograma les sale con espermatozoides escasos.

Cuando hay deficiencia de zinc y selenio, se pueden observar varios problemas en la salud reproductiva masculina. Imagen Freepik

Desde tu perspectiva, ¿Cuáles son los principales desafíos al tratar de sincronizar la alimentación con los ciclos menstruales?

-A nivel externo, la falta de información. Las personas no tienen ni idea de que la alimentación afecta el ciclo menstrual. Las mujeres tienen normalizado que la regla duele, que es lo peor del mundo, que ser mujer es una maldición.

Los hombres no tienen ni idea de que su sexualidad y su fertilidad se puede ver mejorada gracias a buenos hábitos. Yo creo que si supieran eso fueran un poquito más rigurosos con sus hábitos.

Puedes explicar cómo la reorganización hormonal a través de la alimentación, puede impactar otros aspectos de salud, además de la fertilidad.

-Las hormonas son las directoras de la orquesta de nuestra salud en todo sentido, tenemos el eje hormonal que es la insulina, ele hormonal adrenal que es nuestro cortisol y con la alimentación podemos regular cada uno de esos ejes hormonales.

La consecuencia puede ser que optimices o no, de acuerdo a lo que hagas, tu fertilidad. Pero con la alimentación podemos ordenar cualquier hormona que esté desajustada, evidentemente hay casos donde se requiere un tratamiento medicamentoso, pero la idea es que el paciente necesite cada vez menos dosis de cualquier medicamento que use.

Cuál consideras que es el error más común que cometen las personas al intentar equilibrar sus hormonas y adquirir hábitos saludables.

-Seguir las modas. Creer que todo lo fitness es saludable y que todo lo saludable es fitness, son cosas distintas. Ahorita por ejemplo está la moda del ayuno intermitente, la alimentación keto o deportes como el Crossfit para las mujeres. Todo eso es súper saludable, pero no para todo el mundo y no para las distintas fases del ciclo de la mujer. Una mujer en su fase premenstrual no debería hacer ayunos prolongados, debería incorporar un poquito de carbohidratos a su alimentación, no debería hacer terapias de frío por ejemplo.

Castro enfatiza que la clave de una vida saludable está en personalizar la alimentación y hábitos según nuestras necesidades específicas.

Un hombre que tenga cierta deficiencia de testosterona tiene que alimentarse completamente diferente a lo que se considera normalmente sano. Un hombre con testosterona baja tiene que comer mucha más grasa. Tiene que comer una cantidad de proteína que está por encima del promedio.

Entonces, yo creo que el principal error es creer que todo funciona para todos y que todo lo saludable es saludable para todas las etapas de nuestra vida, y no es así. Mientras más acuciosos y más curiosos seamos para saber qué hago en cada etapa de mi vida, muchos de los problemas de salud se resolverían y esas dificultades también.

¿Cómo comunicas y educas en tus redes sin generalizar?

-Es un trabajo de hormiguita. Al público le causa mucha curiosidad lo que hace el creador de ese contenido, pero siempre recalco que todos tenemos necesidades diferentes. Cada cosa que sugiero o cada hábito que promuevo viene siempre con una acotación: Haz lo adecuado para ti, no todo funciona para todos.

Cómo ha cambiado la percepción pública respecto a la influencia de la nutrición…

-Tanto las redes sociales como los usuarios han ido evolucionando, madurando. Yo creo que los aspectos positivos son que precisamente las personas llegan más educadas, entienden que cada uno de los creadores de contenido tienen una especialidad.

Para tus futuros colegas, ¿qué consejo les das?

-Que nunca paren de estudiar, que la educación y la investigación nunca se acaba. Quienes trabajamos con ciencia, tenemos que estar constantemente viendo qué se ha comprobado, que no, a qué conclusiones se han llegado, y eso cambia día a día.

Pero más allá de no parar de estudiar, es tener nosotros es discernimiento de saber qué paciente necesita qué conocimiento de mí, porque cuando nosotros los profesionales empezamos a generalizar no estamos priorizando al paciente.

Es una combinación de, nunca dejar de estudiar y siempre acotar lo que tu vas aprendiendo a la persona que tienes enfrente. Así atiendas cien pacientes al día, cada persona que tienes enfrente es diferente y es quien va a dictaminar el conocimiento que tienes ahí para sus necesidades.

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